miércoles, 9 de mayo de 2012

CAMAROTE CLÁSICO

Colegas nautas, es un verdadero placer recibirlos en esta, vuestra web Clásica.
Hoy les contaremos los pormenores de una reforma realizada en lo que fuera originalmente la sala de máquinas y pañol de una embarcación de madera.

Vista de sala de máquina y pañol en proa
El desafío consistió en construir un camarote principal  en este espacio y bajo una nueva carroza, prolongación de la ya existente, que nos permitió obtener unos 30 cm. más de despeje interior, algo que estaba programado desde que se adquirió el barco. Nos llevó mucho tiempo resolver ciertos inconvenientes que se nos planteaban a cada momento en la planificación de esta obra.
Por un lado teníamos que conseguir altura interior, pues la litera debería estar por encima del motor, pero nos topábamos con la limitación de la línea externa. Algo que resolvimos, como ya dijéramos, en Octubre del 2009. Otro tema fue la ubicación de la cama y la menor altura de fundación posible, para ello cambiamos la posición del tanque de combustible (el azul que se ve en el fondo de la fotografía) para que quedara debajo de la cama, entre el cristo y el frente del motor.  

Lateral de babor de la cama

Ahora habíamos conseguido menor altura pero habíamos perdido la presión natural del combustible por gravedad, debimos modificar el sistema y agregar una bomba eléctrica para mejorar la presión de llegada de gasoil a la bomba inyectora. Otros inconvenientes fueron dos planeros de la cubierta que, por ser estructurales no se podían modificar; se debería cubrir la caja de transferencia, el escape y darle acceso cómodo a las tres exclusas que en esa zona se encuentran; reubicar las baterías, ventilar ese enorme cajón que sería la sala de máquinas y tener muy en cuenta que, aunque el motor está recién hecho y no se prevean reparaciones inmediatas, siempre es sano contar con los medios para conseguir un acceso rápido y franco a la máquina.

Luego de un receso de seis meses por problemas de salud, tiempo que aproveché para resolver los contratiempos mencionados, le echamos mano a la obra y arrancamos con la carpintería.
Nos habíamos puesto como meta estrenar el camarote en las vacaciones estivales del 2011/2012, para lograrlo había que trabajar duro, y a medida que la fecha se acercaba decidimos priorizar las tareas y dejar, por ejemplo, los forros de las bandas y la terminación para épocas más frescas.
Sobre los planeros estructurales se confeccionaron dos amplias bauleras guardarropa. A los pies de la cama, en la zona con menos altura, se instaló un mamparo con una tapa central para dar acceso cómodo al pañol en donde se alojan: la caja de fondeo, algunas defensas y los cabos menos utilizados, además de repuestos y lubricantes adicionales.

Para cubrir la caja, parte del escape y las exclusas se fabricó una tarima que tiene doble función: la de simplificar el acceso a la litera por la cabecera y la de asiento para calzarse, desvestirse, etc., además cuenta con dos tapas ciegas de inspección para tener acceso al nivel de aceite y llenado de la caja de transmisión.
Mientras les cuento esto aprovecho a darle una manito de barniz...
Una vez armada toda la estructura se presentó, se ajustó, se barnizó del lado exterior y se pintó con gris visón (mismo color que el que presentaba la sentina) del lado interno. Los bastidores que se ven en la foto de la derecha alojan los tableros que facilmente se extraen para acceder a cualquier parte del motor y/o sala de máquinas y que además mantienen la línea constructiva de los muebles de la embarcación.

El cajón-cama ya tomaba forma. Dividimos en tres partes la tapa del motor, dos fijas y una a modo de capot utilizando fenólico de 18 mm., pintado de gris en su interior y de blanco del lado exterior.  
Se burletearon con goma todas las tapas y se sellaron contra el casco con poliuretano expandido para impedir el escape de gases, calor y ruido del cajón. Se forraron las tapas con material aislante termo acústico y se colocó luz dentro del cofre.
La obra marchaba viento en popa.

Lentamente pero sin pausa, la obra que tanto tiempo llevó en el tablero iba cobrando presencia, y muy buena por cierto!
Llegamos justo al verano poniendo el colchón. Aunque sin funda, con la obra realizada en un 75% y muchos detalles a terminar decidimos estrenar durante las vacaciones nuestro tan esperado camarote. Fresco durante todo el día, gracias a unas ventilaciones en las bandas, un traga viento sobre cubierta y una amplia lumbrera, este nuevo espacio colmó las espectativas que teníamos he hizo que disfrutáramos de cada una de todas las noches que llevamos durmiendo en él. Desde la cama de 150 cm. x 190 cm., a través del tambucho de 80 x 110 cm. se puede ver el cielo delteño en toda su magnitud, y si acaso uno quiere dormir hasta tarde, solo tenemos que colocar la Sumbrella sobre éste y nos preservará de cualquier rayo de luz.

A la vuelta continuamos forrando con machimbre de cedro las bandas. Dos coolers de 90 mm. ingresan aire fresco al cofre del motor y otros dos expulsan gases y aire caliente a través de los dos canales que se formaron entre el casco, las cuadernas y el forro interno en donde colocamos las ventilaciones. Las rejillas cerradas permiten que el intercambio de aire se efectúe entre el exterior y el cajón, mientras que al estar abiertas lo hacen entre el exterior y el camarote.
Si bien aún faltan algunos detalles como molduras, un espejo en la puerta del pañol, etc. no pudimos contener las ganas de compartirlo hoy con Uds.
Esperamos que quienes estén en proceso semejante les ayude nuestro relato y para los amantes de la madera sea otro buen momento más!
Los esperamos en la próxima entrega de Navegantes Clásicos y que tengan muy buenas singladuras!